martes, 25 de febrero de 2014

Morir para vivir.

Necesito morir
para poder vivir,
igual que necesito
que me des la vida
con cada beso, y
que luego me la quites
con cada despedida.

Que ya no me sirve
que me beses y que
me quieras.
Que necesito que mueras
por mí, como yo lo hago
por ti.

Que hasta las rosas
tienen espinas y
el cielo más azul
también llora.
Así que si algo tan bello
puede llorar y rasgar,
tú puedes matarme.

Y quien dice matarme
dice morir entre tus labios
en cada verso, en cada beso
que me acabes por el cuello
y me escribas por la espalda.

Que loco no es el que ama,
loco es el que muere por amor.
Amor, y yo loco por ti,
muriendo por nosotros y viviendo
para que tú me mates despacio.

Contaré hasta 3 para que dispares
y espero que falles y me des de lleno,
en el corazón.

Y si no me cazas tú el corazón,
ya lo haré yo con el tuyo,
lo haré prisionero con alas,
como pájaro salvaje,
para que puedas volar,
pero sabiendo que volverás,
que volverás a mí.

Mejor que morir con la espada
clavada en la espalda,
prefiero que me claves tus labios
en el pecho, hasta que explote
y nos manchemos enteros de amor.

Que nos volvamos locos de amar,
porque así moriremos más despacio
que si nos volvemos locos de atar.

Átame, ámame, enloquece conmigo
y sobretodo no te olvides;
mátame, y hazlo despacio.

2 comentarios:

  1. No hay palabras que puedan describir lo mucho que me gusta lo que escribes. Porque se siente. Me haces sentirlo todo (y he escuchado tus poemas de boca de Teresa más de una vez y oh).

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    1. Muchas gracias, tengo que reconocer que en boca de Teresa ganan mucho, un besazo!

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