martes, 31 de diciembre de 2013

Mi estación favorita.


He perdido tantos trenes que pienso coger el primero que descarrile en tu cama, 
que tengamos el accidente más bonito de toda la estación,
meternos la hostia a 200, por tus sabanas, sin frenos y a lo loco.
Que nos la peguemos tan fuerte
que acabemos teniendo la despedida más bonita de todo el andén,
y a pesar de haber descarrilado, haberlo hecho juntos.


Quiero recordarte en cada estación que pise,
aun que tan solo recuerde el tren alejándose de ti
y tú corriéndote hacia mí.


No sé cómo decirte, 
que fuiste el mejor accidente que he tenido
y que de vez en cuando, te echo de menos,
nos echo de menos, y sí, más que de vez en cuando.


Y que sepas, que después de cada despedida
en mi andén sigue lloviendo.
Que todos mis relojes se han roto
porque no saben calcular las eternidades
que tengo que esperar para verte.


Entiende, que cuando te escribo
es como si volviese a recorrer las vías
de aquél tren que una vez descarriló
y por ellas sigo todos nuestros recuerdos
todos nuestros besos, nuestros, que bien suena.


Que ya no tengo ganas de descarrilar en otras camas,
que te hiciste mi única dirección, y que ahora
todos los andenes llevan tu nombre.


Que hay veintiocho letras en el abecedario
pero que tú no eres mi plan A, y menos el Z
que junto a ti tengo tantos planes 
que me faltan vidas para cumplirlos
que me sobran las palabras para decirte lo que siento
y que me falta el aire para hacerlo mientras me miras.


Que quiero que seas mi rincón favorito, 
y no hablo de ciudades, quiero que seas mi rincón favorito
pero de mí. Mi rincón en el que perderme,
sin la prisa de tener que regresar.


Que no me importaría pegarme mil hostias junto a ti,
si sé que seguiré descarrilando en tu cama,
y que lo arreglaremos con besos por la espalda
y cosquillas por la mañana.






domingo, 22 de diciembre de 2013

Siento.

El momento en el que miras directamente a sus ojos y te das cuenta de que no puedes hacer nada, de que no hay marcha atrás, de que te has enamorado. Que empiezas a sentir cosas por esa persona que nadie te había hecho sentir. 

El momento en el que ves que sus ojos brillan y que quizás no son azules ni verdes, pero cuando te mira te parecen los ojos más bonitos del mundo. Que cuando ríe hay algo que te recorre por dentro, escalofríos, esa risa que te encanta, que te hace sentir bien, como estar en casa, pues así me siento cuando ella ríe.

Cuando baja la mirada y parece que todo está en calma me transmite tranquilidad, me siento bien, como cuando estás arropado por el calor de una taza de té, y le das un pequeño sorbo y quema un poco, pero te gusta, y el vaho te recorre la cara, ese momento de tranquilidad es como cuando te observo y estás callada, mirando a la nada.

Quizás esto va a doler más de lo que creo, lo sé, pero sé que valdrá la pena tan solo por la forma en que me miras, me siento seguro, a veces no necesitas palabras para hacerme sentir bien, me miras, y algo en mí se siente bien, feliz, a gusto, cómodo. Me haces sentir, y eso es algo único.

Y sí, digo que me haces sentir, porque me haces sentir muchas cosas, con un beso me haces sentir frío, pero un frío ligero, como cuando te despiertas y la ventana está abierta y corre el aire, esa sensación me recorre cuando me besas, eres mi ventana abierta, mi vía de escape, quien me salva de odiarlo todo, de odiarme a mí. 

Pero no es solamente eso. Cuando no me besas hay algo en mí que desaparece, o más bien que aparece, aparece esa sensación de vacío, esas ganas de que mis labios sean acariciados por los tuyos, las ganas de todo también se van, menos de agarrarte por la cintura y volver a acercar mis labios junto a ti.

Y espero no tener que llegar a depender de ti para poder sonreír, pero sonreír de verdad, sin fingir que todo va bien cuando estoy hecho mierda.

Y supongo que decir gracias a alguien que te hace sentir cosas tan profundas siempre se quedará corto. Porque ya te he dicho que cuando estoy contigo me siento como en casa, tú eres mi hogar, mi refugio.

Gracias por hacerme sentir.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Las pequeñas cosas de la vida.

Hay espaldas que están hechas para ser besadas, dejando caer los labios desde la nuca, deslizándose por la columna vertebral, siguiendo la melodía de cada beso, hasta haberla recorrido entera.
____________________________________x______________________________________
Como hay libros que están hechos para adentrarse en ellos y perderse, en mundos paralelos llenos de fantasía, o de historias de amor, sin príncipes ni princesas, con jóvenes cargados de orgullo, y miedo a amar, a amar de más y hacerse daño.. 
____________________________________x______________________________________
Como hay olores que fueron creados para meterse en tu cabeza y no salir de ella, como la mezcla de su perfume después de rozar su piel, un olor único e inconfundible y más si se te queda gravado al despertar entre tus sabanas junto a él.
____________________________________x______________________________________
Igual que hay canciones que son para cerrar los ojos y tirarse en la cama; sentirlas y desconectar de todo gracias a ellas. Esas canciones que consiguen transmitirte sensaciones que pocas cosas pueden lograr.
____________________________________x______________________________________
Te diría que hay despedidas que están hechas para ser tristes, pero al fin y al cabo, ninguna despedida es triste, aun que lo que más desprenden es dolor e impotencia, de no saber cuando podrás volver a oír su risa, o a oler su pelo, a morder sus labios, agarrar su cintura...y después de decir un adiós, eterna la espera para volver a ver como se acerca a ti, para abalanzarse a tus brazos. Las despedidas son bonitas, aun que la última imagen que tengamos de esa persona sea marchándose, nada es eterno y hay que disfrutar de las cosas mientras duren.
____________________________________x______________________________________
Como hay comidas que saben a gloria, pero que aun así no te llegan a hacer sentir lo que sientes al probar sus labios por primera vez, ese momento en el que estás temblando de los nervios, y con un ligero primer beso descubres que esos labios son los que estabas buscando.
____________________________________x______________________________________
Como los domingos, que si no están hechos para despertarse cuando te apetezca y quedarte retorciéndote entre las sabanas, soltando pequeños bostezos y gruñidos no son domingos.
____________________________________x______________________________________
O de los momentos necesarios de soledad, en los que solo quieres estar sin nadie, porque lo necesitas y ya, y nadie te molesta. Disfrutar de la soledad, a veces, es un gran placer.
____________________________________x______________________________________
Y hay sonrisas que te arrancan por sorpresa, que están hechas para hacernos felices. Porque pocas cosas más bonitas hay que alguien que te saque una sonrisa sin que te lo esperes.
____________________________________x_______________________________________
Pocas cosas hay, como abrazar a tu madre durante mucho rato, y decirle que la quieres, que es lo mejor que tienes, y ver la sonrisa que se le queda, la lagrima que le cae, la emoción en su rostro. Pocas cosas más bonitas hay.
____________________________________x______________________________________
Y hay veces, que nosotros somos los que hacen que una cosa sea bonita, no todos sabemos sacar el lado bueno de las mismas cosas, por eso cada persona tiene sus manías y sus pequeños gestos que le hacen el día a día más ligero y ameno. Los pequeños detalles que evitan que muchos días sean una auténtica mierda de verdad.
____________________________________x______________________________________
Hay cosas que están hechas para ser disfrutadas, y cada cosa tiene su momento, sin esos pequeños detalles seguramente estaríamos más amargados de lo que estamos, o seríamos menos felices. Así que cada uno busque sus pequeños momentos y los disfrute, que la vida no se hizo para lamentarse por lo que no tenemos, sino para luchar por lo que queremos.
____________________________________x______________________________________
Tenemos un mundo entero a nuestra disposición ¿y de verdad nos vamos a quedar siempre con las cosas malas? Hay que aprender a valorar los pequeños detalles que pueden hacernos felices.Y cuando creas que no hay, ya aparecerá alguien que te haga ver todo lo contrario, porque aun que no creamos, todos tenemos a alguien que nos ayuda con algún pequeño momento, todos podemos ser felices, pero solo si queremos.

sábado, 16 de noviembre de 2013

Es imposible que todo vuelva a ser como antes.

Sé que esas tardes que nos pasábamos horas y horas hablando, con miradas que mataban, quedándonos embobados mientras nos perdíamos en nuestras pupilas, con las manos agarradas, apretadas bien fuertes, tú creías que era por el frío, pero yo apretaba porque no quería perderte, no quería que te fueses de mi lado. 
Las mejillas sonrojadas, ese color entre rosado y anaranjado que se te ponía cada vez que te recordaba lo bonita que eras, cada vez que te decía que quería pasarme todas las tardes de mi vida así, contigo, bajabas la mirada y se te escapaba una sonrisa, esa sonrisa tan dulce que te caracterizaba, te me echabas encima y me abrazabas, y por mucho frío que hiciese, y por mucha ropa que llevase, en ese momento, si me sentía cálido era por ti, me sentía protegido, nada me importaba, solo quería que tus brazos siguiesen rodeando mi espalda toda la vida. 
Me encantaban esos segundos de silencio, donde nos mirábamos fijamente, sin decir nada, con media sonrisa, y la respiración parada, esos segundos antes de que me acercase a tus labios, tus carnosos labios, que se te cortaban con el frío y que te hacían las grietas más bonitas que jamás había visto, después de esos segundos que se me hacían como siglos, posaba mis labios sobre los tuyos y tú me agarrabas y me apretabas contra ti, esos besos lentos, en medio de todo aquel frío, esos besos calientes, húmedos y que me sabían tan bien. 

Mataba por esos besos. 

Me jode tener que asumir que esas tardes ya no van a volver más. 
Me jode tener que asumir que las cosas cambian y que nada es como antes, que la gente viene y va, y que nada es eterno. 
Llamadme idiota, pero me daba igual todo, yo solo quería que ese momento fuese eterno, y no quería nada más. Una eternidad contigo. 
Quizás la culpa es nuestra, por no luchar por lo que queremos, por no abrir los ojos y decir, te quiero y me voy a tragar todo el orgullo del mundo si hace falta por ti. Pero también hay que ser conscientes de que hay cosas que no pueden ser. Que yo no puedo seguir luchando por alguien que pasa de mí.

Y aquí me tienes ahora, después de todo, después de tantos momentos, pensando en ti. Como si eso fuese a hacer que volvieras, como si así todo volviese a ser como antes, como si eso fuese posible.

Intento evadirme en otras personas, pero después de ti, nadie me ha besado con tanta dulzura, nadie ha sabido acariciarme la espalda como tú lo hacías, nadie me acaricia el pelo mientras me susurra que me quiere, nadie consigue hacerme sentir como tú me hacías sentir, sentirme completo, que no me falta nada, porque todo lo que quiero eres tú.
Ahora explícame, ¿cómo voy a olvidar a quien me hacía sentir así? Dime, ¿cómo voy a encontrar a quien me haga el amor con tanta rabia como tú? ¿Quién me va a dejar sus marcas por el cuello, las uñas en la espalda y todas esas sensaciones? ¿Quién?
Intento buscar respuestas, pero la única solución que veo eres tú. Y chica, ya no sé qué hacer.

Quizás soy un iluso por creer que alguien me va a querer como lo hacías tú. O más bien, creo que nadie te va a querer como lo hacía yo.

Espero que te vaya mejor sin mí, de lo que me va a mí sin ti. 

lunes, 11 de noviembre de 2013

CXL.

______________________________________
Fácil como enviarlo todo a la mierda, como tirar la toalla; Difícil como olvidar, como seguir luchando.
______________________________________
Tú mirándome,
yo con un nudo en la garganta, con el beso preparado en los labios; pero sin el valor para dártelo.
______________________________________
Quererte a medias, por si te las rompo, por si decides no volver y quedarme solo medio roto.
______________________________________
Sigo pensando en ti, pero ahora con odio, odio, odio no tenerte y odio no poder verte, y entre mis sabanas volver a besarte. -solo odio-
______________________________________
Impotencia es, lo que siento al ver tus labios, me refiero a no poder besarlos. Por miedo o por falta de valor, pero solo siento impotencia.
______________________________________
Hacer el amor hasta que se nos desgaste el corazón. Hasta acabar hechos polvo durmiendo abrazados bajo el edredón.
______________________________________
Por verte, 
por ver esa sonrisa, 
por arrancarte la camisa, 
por follarte sin prisa, 
por amanecer junto tu risa.
______________________________________
Ya no eres nada para mí,
solo un recuerdo,
un recuerdo que duele,
como una maldita estaca
clavada hasta lo más hondo
de mis sentimientos.
______________________________________
Y quiero perderme en tus piernas
como un pez en el mar,
encerrarme en ti,
como el pez en la pecera,
y flotar entre tus curvas,
como navegando sin rumbo
hasta encontrar tus cosquillas,
hasta besarte las costillas.
______________________________________
Sé que soy poco,
pero puedo darte mucho,
se que pasas de mí
y como un idiota 
lo daría todo por ti.
______________________________________
Te regalo mi amor,
no porque me sobre
ni porque no lo quiera,
sino porque tú sabrás
como invertirlo mejor.
______________________________________
Me hablan de invierno,
y no pienso en frío,
tan sólo siento como
se me escarchan los labios
y siento que me falta tu calor.
No sé qué entendéis por frío
pero frío es cuando el vaho
no sale de nuestros besos,
frío es cuando mis pies están fríos
porque tú no me los calientas,
frío es que me falten tus abrazos
frío no es Diciembre, frío es
tu ausencia.
______________________________________
Tazas de té,
más que de té
son de té necesito aquí.
______________________________________

martes, 8 de octubre de 2013

¿Qué te voy a decir?

No sé qué hago escribiéndote, creo que no te lo mereces, pero aquí estoy, quitando de mi cabeza todos tus recuerdos, desde las sonrisas hasta el mejor beso, y dejándolos en este trozo de papel, como si este simple papel pudiese entender todos nuestros besos, todas nuestras caricias, nuestras idas y venidas, todo aquello que nos ha hecho amar y rabiar. 
Le estoy escupiendo recuerdos al papel, le escupo todo lo que no tengo valor a decirte, que te echo de menos, que sin ti no puedo estar. 


¿Qué te voy a decir? 
Si sigo contando los días que llevo sin abrazarte, y lo peor de todo es que no puedo contar los días que quedan para volver a hacerlo, porque no sé si podré volver a hacerlo. Que de mi cabeza no sale el tacto de tus labios, que todo lo que me diste con un beso, ahora me lo quita tu ausencia. Que he besado más labios después de ti, intentando algo, sacarte de mi cabeza, de mi vida, pero ningunos son tan fríos como los tuyos (y ningunos me han hecho sentir tanto calor como ellos). 


¿Qué te voy a decir? 
Si todavía no he encontrado ningunas manos, que con el mero hecho de rozarme haga que se me ponga de gallina hasta el corazón. Si cuando recorrías mi cara con ellas me sentía impotente, porque me dejabas sin habla, y de mi boca no podía salir palabra alguna, algún suspiro, algún anhelo. 


Y dime, ¿qué te voy a decir? 
Si no he vuelto a tener junto a mí unos brazos que me agarrasen con tanta fuerza, si cuando me abrazabas sentía que nada podía arrancarme de ellos, no había nada que pudiese separarme de esos segundos que me daban la vida, me daban la vida, y ahora me la quitan por no tenerlos. 


Mírame, ¿qué te voy a decir? 
Si desde que te fuiste no he vuelto a tener miedo de una mirada, miedo, como el que sentía cuando te miraba, sabía que cuanto más lo hacía más la cagaba, más me enamoraba...de tus ojitos tristes y tu mirada perdida...
Y, ¿qué te voy a decir? 
Que eras triste, pero cuando sonreías se me iluminaba todo, había algo que se metía dentro de mí y me hacía sonreír a mí también -me daba fuerzas-, creo que no había persona que no se fijase en su sonrisa, su sonrisa, tímida, sus dientecillos pequeños, sus labios discretos, esos que podían enamorar a cualquiera, con su sonrisa podía hacerme sentir tantas cosas, con su mirada...

Anhelo aquellas tardes, tirados en el sofá, viendo la tele, con lo de ver la tele me refiero a esos diez segundos que tardaba en lanzarme a su cuello, y empezar a comérmela, no podía dejar de mirarla, entre besos, entre sonrisas, no podía. 
Te encantaba cuando te besaba la tripa, y te reías flojito, como aguantando las cosquillas, me volvía loco esa risa, casi tanto como cuando después de eso te besaba, y te mordía siempre el labio, y me decías "el día que te muerda yo el labio, te lo robo y me lo quedo para mí" (y como un idiota, sigo esperando que me muerdas el labio). 
Me sabía tus puntos débiles, cuando te besaba el cuello te volvías loca, me agarrabas con tus piernas y me cogías la cabeza con las manos, pero cuando subía lentamente, despacio, hacia tu oreja, ese momento en el que oías mi respiración, acelerada por tenerte tan cerca, y te la mordía, ese momento, te encantaba. Cuando llegaba ahí, no tardábamos ni dos segundos en quitarnos la ropa el uno al otro, arrojándola al suelo, dejándola caer, mientras las caricias seguían sin cesar. 
Cuando estábamos piel con piel, desnudos, y tú encima mío, me sentía como nunca llegaba a sentirme con nadie, era como si el calor de tu cuerpo, pasase al mío, y del mío al tuyo, en cada beso, en cada contacto de nuestra piel. Me recorría tu cuerpo entero a besos, me lo sabía de memoria, mis labios se perdían por todos los rincones de tu cuerpo, y mis manos los acompañaban, acariciando cada sitio donde había dejado la marca de mis besos, sellándolos con una caricia en tu piel. Cuando mi boca volvía a tu cuello, sabías que mi mano se iba a quedar entre tus piernas, dándote más y más calor. Los besos sabían mejor con cada pequeño gemido que soltabas, cada beso, cada segundo que pasaba, cada vez que te acariciaba con mi mano, todo estaba más húmedo, y lo notábamos los dos. 
Cada vez los pequeños gemidos eran más intensos, mi mano se paseaba, de arriba abajo, entrando y saliendo, recorriéndote. Cada vez me agarrabas con más fuerza, y nuestra piel era de gallina, de forma permanente, los bellos de punta, y los escalofríos ya eran normales, tu cara de placer hablaba por sí sola, y no te imaginas lo que me gustaba esa cara. 
Cuando te agarraba bien fuerte, con una mano en cada nalga, y te alzaba en brazos, camino a la habitación, me besabas el cuello, provocando, haciendo que solo tuviese ganas de dejarte sobre la cama, y seguir comiéndote a besos. Me pusiste esos ojitos, y empecé a hacértelo, despacio, mientras nuestros cuerpos iban al compás, nuestras respiraciones, nuestros jadeos, nos sincronizábamos. Me agarrabas la espalda, y me gemías a la oreja, cada vez era más intenso, más rápido, más fuerte, más placer. Me agarraste y me diste la vuelta, te me pusiste encima, con tu melena cayendo sobre mí, y tu cara en un primer plano que era orgásmico. Llevabas el ritmo, cada vez ibas más rápida, te agarrabas a la cama, me bailabas encima, la cama cada vez más mojada, y yo me sentía en otro mundo, la sensación de tenerte encima, de estar dentro de ti, de sentirte, de ser uno, una sensación de éxtasis
Solo sabía que cada vez había más y más placer de por medio, y ojalá se hubiese hecho eterno. Llegamos al clímax, explotamos, caímos rendidos en la cama. Y yo empecé a besar tu pecho, acariciándote el pelo, mientras todavía podía escuchar tu corazón, acelerado, y tu cuerpo estaba húmedo, te abracé, y no quería soltarte, estábamos abrazados, desnudos, tirados en la cama, con el único pensamiento en mente de vernos sonreír, de besarnos, de querernos. 
Todo lo que había guardado esa cama, todos esos besos, abrazos, sentimientos, todas esas veces que habíamos hecho el amor, nadie jamás podría entender eso, solo nosotros. Todas nuestras tardes, cada una de ellas diferente, y cada una inolvidable. 
Todo eso jamás lo voy a olvidar, aun que no estés aquí conmigo, aun que te hayas ido. Prefiero quedarme con todos los buenos momentos que hemos pasado y guardarlos. 
Por muchos clavos que intenten clavarse, por muchas medias naranjas que vengan, todo eso es nuestro y jamás lo olvidaré. 

martes, 1 de octubre de 2013

'Me dueles'

Me jode, me jode tener que recordarte, porque ya no te tengo aquí. A duras penas consigo recordar como sonaba tu voz, como era aquel sonido que se metía en mi oreja y que me hacía estremecer, sí, aquella voz que tanto me gustaba (hasta cuando salias de fiesta todo el fin de semana y volvías con la voz ronca, ¿recuerdas? cuando me reía de ti), esa voz que podía hacerme temblar con una sola palabra, aquella que siempre tuve miedo a usar, a usar de más o a callarme demasiado. 

Recuerdo cuando quedábamos, nuestro sitio, aquel que guardó tantas sonrisas, tantos besos, tantos abrazos, tantos sentimientos, sentimientos, es la palabra. Te veía llegar (porque siempre llegaba antes que tú, me encantaba esperarte, me encantaba ver como llegabas con tu sonrisa tímida y tus andares lentos) y anticiparme a ti y poder abrazarte antes de poder soltar ninguna palabra. Aquellos abrazos me daban la vida, aquellos que ahora me la quitan por no tenerlos.

De mi cabeza no saco todas esas tardes que pasamos, desde la primera hasta, la última. Desde que me callaba los besos, hasta que no tuve miedo a derrocharlos. Eras diferente a todo el mundo. Me gustaba de ti, que solo verte ya estaba sonriendo, solo verte ya tenía ganas de volver a verte (y todavía no te habías ido). Nuestras peleas, cuando me mordías, me encantaba ver la marca de tus dientes en mi piel, me sentía más tuyo, más mía, más nosotros. 

Recuerdo la primera vez que te besé, me obligaste a hacer campana, saltarnos clase para ir a nuestro rincón en el parque, donde podíamos estar solos, donde íbamos guardando día a día nuestras sonrisas, y nuestras ganas de volvernos a ver.
Me acuerdo como salió de tu boca, "no tienes huevos a besarme" me dijiste. Te respondí que si lo hacía la cagaría, y me pusiste esos ojitos, los segundos en los que nuestros labios se acercaban, se me hicieron eternos, décadas, siglos, milenios. Solo quería llegar a tus labios, y poder besarlos. Solo con rozarlos ya sentí un escalofrío, pero un escalofrío cálido, la piel se me puso de gallina y te cogí fuerte por la cintura, agarrándote, para que nadie, ni el mismo mundo pudiese separarnos en ese momento. Después de aquel beso nos separamos, y sonreímos como idiotas. Entonces me abrazaste, creo que fue uno de los mejores abrazos que jamás me dieron. 

Ahora anhelo esos labios, esos abrazos, ese momento.

Supongo que debo conformarme con el recuerdo, un recuerdo que para siempre jamás será nuestro y que nadie nos podrá arrebatar. 

De mí para ti, por un el pedacito de mi corazón que siempre llevará tu nombre.

'Tú y Madrid'

Supongo que si te estoy escribiendo, es porque lo necesito, 
necesito escribirte, decirte que:
Que todavía recuerdo tu sonrisa, y no es solo un mero recuerdo, 
es el hecho de que no puedo sacarla de mi cabeza.

Todavía recuerdo aquellos abrazos que me diste, 
y lo peor es que por muchos que me hubieses dado 
me hubiesen sabido a poco.

Recuerdo como tu voz se metía en mi cabeza, 
haciéndome sentir feliz, 
solo con oír como me llamabas idiota, 
con oír tu sonrisa. 
Solo con eso me hacías feliz.

Te he escrito para decirte lo idiota que fui al callar lo que sentía, 
al ocultar mis ganas de soltarte un te quiero seguido de un beso, 
de esos que te ponen la piel de gallina y te aceleran la respiración.
Cada vez que te miraba, mis ojos posaban su mirada sobre tus labios,
yendo más allá de tu sonrisa, pensando en como tocar el cielo, 
solo tocando tus labios, mordiéndolos con mis dientes suavemente, 
o acariciándolos con los míos.

Te escribo para decirte que fui cobarde, y que sigues en mi cabeza. 
Te escribo para decirte, que tu olor jamás ha estado en mi cama,
pero desde que se metió en mi cabeza no salió de ella.
Necesitaba decirte que parecerá una locura,
pero que no me importaría envejecer junto a ti, gastar tiempo, con tus besos,
con gastar me refiero a invertir, 
en cada una de las sonrisas que necesito sacarte y que me provoques.

Te he escrito, porque te he pensado, desde el día que te abracé,
desde que te vi en medio de la calle entre tanta gente,
pero solo pude quedarme de piedra mirándote,
pensando si eras real, tenía todo lo que quería a dos metros de mí, 
y acercándose, 
cada vez más, 
y más...

-y no me olvido de ti-

'Te recitaría...'

te recitaría lo que siento al ver tu sonrisa, cada 
noche, al oído, susurrando, horas y horas, pero sería 
tiempo que no te estaría besando.

te besaría cada noche, mientras tus cálidos labios 
no se separan de los míos, mientras me los 
acaricias con los dientes y siento tu aliento 
recorriendo a escalofríos mi cuerpo, pero sería tiempo 
que perdería sin quedarme mirando tus ojos.

te miraría a los ojos cada noche, viendo en ellos mi 
reflejo, un tonto enamorado, enamorado de la cosa más 
bonita del mundo, pensando en que esos ojos son míos, 
ojitos tristes, pero una tristeza increíblemente 
bonita, pero sería tiempo perdido que no te estaría 
abrazando.

te abrazaría muy fuerte cada noche, mientras nuestra 
piel desnuda está unida, mientras mi calor es el tuyo, 
y nuestras respiraciones se juntan en el mismo compás, 
mientras nuestras piernas se entrelazan y mis manos 
recorren tu espalda, pero sería tiempo que no te 
estaría haciendo el amor.

te haría el amor cada noche, después de haberte 
susurrado, besado, mirado y abrazado. te cuidaría como si de
una muñeca de porcelana se tratara, desnuda en mi cama, mis 
labios carnosos se adaptarían a cada rincón de tu 
cuerpo, besándolo entero, acariciándolo, que tu cuello 
sea mío, marcarlo con mi nombre, a fuego, a besos, 
deslizarme por él hasta tu suave pecho, besártelo 
despacio, mientras me agarras con tus manos la nuca y 
me guías la cabeza, bajando por tu ombligo, llegando a 
la perdición de mis besos, mi lengua húmeda, a la par 
que tú, metiéndose en ti, mientras acaricio tu joya 
con mis dedos y empiezas con tus jadeos y pequeños 
gemidos, esos que tanto me gustan, te agarras a mi 
pelo y me pides que siga, suavemente mordiéndote el 
labio, como a ti te gusta, mirándote, esa cara de placer 
que me vuelve loco, en un mar de agua envuelto vuelvo a subir, 
las caricias no cesan y mientras te sigo besando el cuello, 
me acerco a ti, a ti, pero a dentro de ti, 
mientras me agarras la espalda notamos ese primer empujón, 
el placer se ha desatado, nuestras caras son poesía, dos tontos enamorados, 
haciendo el amor como jóvenes salvajes, en cada empujón sueltas un gemido, 
cada vez más intenso, más fuerte, me agarras más, 
tus uñas clavadas en mi espalda y tu cintura en continuo movimiento, 
alguna gota de sudor, sudor frío, besos calientes con jadeos de melodía, 
así hasta. Tus brazos sobre mi pecho, abrazados, tirados en la cama, extasiados, 
envueltos en amor, quietos, mirándonos, tirados en la cama, 
los ojos clavados y las sonrisas no se borran.

Lo último que me dijo fue -te quiero-